En Orinoco amamos la perfección, por lo que en cada proyecto volcamos el corazón. A simple vista, casi todas las piscinas se ven como algo más o menos atractivo, pero cuando esa piscina está en el propio jardín, tener una joya Orinoco marcará la diferencia.
1. Un oasis para los ojos. El cerebro advierte cuando las líneas están torcidas o las uniones no coinciden. Con una piscina Orinoco disfrutará de que cada línea esté en su lugar. La meticulosidad de no dar ni un paso sin verificar de continuo los niveles con láser, el cálculo matemático de los espacios y un atento trabajo artesanal, hacen que los acabados sean una obra de precisión. Si elige un sistema de desborde, este será perfecto, desbordando por todo el perímetro. Si se decide en cambio por un sistema con skimmers, estos estarán a un centímetro de la coronación de la piscina subiendo al máximo el nivel del agua y no dejando espacios innecesarios. Cada detalle señalará la diferencia de disfrutar de un trabajo impecable.
2. El agua siempre cristalina. Cuando las piscinas tienen el equipamiento que necesitan y la circulación del agua se calcula previamente con exactitud, se reduce al mínimo su mantenimiento. Por un lado, para cada forma de piscina existe una fórmula óptima de posicionar las boquillas de impulsión y crear la corriente que devuelve el agua al sistema de filtrado. Por el otro, la selección de las mejores marcas para cada aparato garantiza un consumo reducido y una vida prolongada de los mismos. Además, el cálculo del motor y el filtro deben contemplar todas las circunstancias posibles (asiduidad de uso, viento, exposición al sol, vegetación circundante, frecuencia con que se limpiarán los filtros, etc.). Junto a ello, los cloradores salinos reducen en un 90% los gastos en químicos, y las automatizaciones facilitan el trabajo de limpieza posterior. Nuevamente, es necesario un estudio atento y pormenorizado para cada proyecto donde las piscinas Orinoco se distinguen de las demás.
3. Estructuras para futuras generaciones. Todo el trabajo anterior necesita asentarse sobre una base sólida. En la estructura de una piscina Orinoco, el esmerado trabajo del hierro, es el que marca la diferencia. El vertido tradicional de cemento tanto con encofrado como con bloques de hormigón se caracteriza por la total libertad al elegir las formas, la pulcritud del proceso, y el apurado cuidado de los entramados metálicos. El resultado son piscinas con garantía anti-fugas y para legar a generaciones venideras.